Es el más grande depredador de los mares y es una conocida amenaza para el ser humano.
La responsabilidad a dicho acontecimiento puede ser en parte porque pese a ser una de las especies que menos ha evolucionado desde la prehistoria -de hecho las diferencias entre el Carcharias y el Carcharodon Megalodon prehistórico son mínimas- nunca exceptuando los últimos veinticinco años, los científicos han procurado establecer patrones de comportamiento del animal con lo cual aún en la actualidad es poca y confusa la información que se tiene del mismo, y en la otra parte la responsabilidad se podría achacar a la conocida película de Spielberg "Jaws" (1975)..-
Sin embargo sería prudente intentar vencer un poco el mito de comehombres y mencionar algunos patrones de ataque comprobados estadísticamente: el tiburón blanco consume una enorme cantidad de calorías durante los ataques por tanto su presa debe reportarle una cantidad mayor de componente energético a la utilizada.
Es por tanto que en la dieta del gran blanco aparecen como principales presas los lobos, elefantes y leones marinos, las focas y otros mamíferos que se caracterizan por su abundante capa adiposa.
Esto no implica que el tiburón blanco no ataque a otras especies -como el ser humano- pero en la mayor parte de los casos bastará una mordida para darse cuenta que la víctima del ataque no pertenece a su dieta habitual y ya no reincidirá en el mismo.
Hay dos excepciones a esta regla: un tiburón blanco con hambre comerá cualquier cosa y en particular las hembras, luego de parir, suelen presentar el síntoma de frenesí alimenticio.
Consecuentemente también atacarán y devorarán cualquier especie que redunde en una ingesta calórica por mínima que esta sea.
Por el contrario existen otras especies menores en tamaño que sí presentan un comportamiento mucho más agresivo para el género humano. Entre estas las que más se destacan son: tiburón tigre (galeocerdo cuvieri), mako de aleta corta (isurus oxyrynchus) y tiburón limón (negaprion brevirostris).-
Más de la mitad de los ataques registrados recientemente (datos ISAF) por tiburones blancos, ocurre en la Costa del Pacífico de los EE.UU.
Tan solo el estado de California reporta el cuarenta por ciento de los ataques anuales seguido por Australia con el treinta y dos por cien, Sudáfrica con el diez y Nueva Zelanda con el cinco. Estados Unidos en su conjunto se lleva el cincuenta por cien de la totalidad de ataques de tiburón blanco.
El primer ataque registrado fecha del año 1876 en Victoria, Australia.
El número de ataques ha ido creciendo notablemente a lo largo del tiempo y en forma alarmante a partir de la década del 60 pero los especialistas culpan del hecho a que históricamente nunca se llevó un registro mundial de ataques hasta la década del sesenta.
Mi teoría personal es que además del último punto, ha existido un notable incremento en las actividades acuáticas humanas y por tanto el consiguiente aumento del riesgo.
Correspondiendo la teoría de los científicos, y a pesar que las heridas generadas por ataques de tiburón blanco suelen ser siempre severas, con anterioridad a 1950 el noventa por cien de ataques registrados tuvo consecuencias fatales (síntoma claro que sólo se registraban debidamente las muertes o los ataques que resultaban en grandes heridas).
Desde 1950 hasta hoy en día ese número ha variado y tan sólo el 26 por cien de los ataques resultan mortales.
Entiendo que este "tan solo" pueda resultar de alguna manera traumático pero ruego a los lectores que piensen cual es la probabilidad de pararse frente a una locomotora que marcha a toda velocidad y sobrevivir y me digan si alguien estima que es probable.
Y eso es lo que es un Carcharadon Carcharias adulto, una locomotora en el mar.
En cuanto al horario promedio en que se efectúan los ataques, se puede afirmar que estos se dan casi con exclusividad durante el período diurno, en particular en el rango horario existente entre las catorce y las dieciséis horas. De hecho, dos tercios de los ataques en una población de ciento veinticuatro ataques alrededor del mundo se han registrado de 10,00 AM a 16,00 PM.
La relación entre los ataques de tiburón blanco y la temperatura del agua es subjetiva. Se han registrado ataques (uno en Nueva Zelanda) con una temperatura del agua de ocho grados centígrados hasta temperaturas del orden de los veinticinco grados centígrados.
Sí se puede afirmar que dos tercios de los ataques son en aguas de temperatura inferior a los veinte grados, desmitificando el hecho de que el tiburón blanco solamente ataca en aguas cálidas. En cuanto a la profundidad en que es realizado el ataque se puede afirmar que el 90 por ciento de ellos se realizan en la superficie, entre los cero y tres metros de profundidad.
El record de ataque en profundidad registrada se dio en Japón en 1992 a veinticinco metros. En cuanto a la profundidad del agua en el lugar en donde se realizó el ataque, también se puede afirmar que el ochenta y cinco por ciento de los ataques en una población de los mismos de ciento seis casos se realizó en aguas con una profundidad mayor a los doce metros.
No obstante no son raros los ataques en aguas cuyos fondos están a no más de tres metros de la superficie del mar, sin embargo no es el blanco el que se caracteriza por este tipo de agresión.
La responsabilidad a dicho acontecimiento puede ser en parte porque pese a ser una de las especies que menos ha evolucionado desde la prehistoria -de hecho las diferencias entre el Carcharias y el Carcharodon Megalodon prehistórico son mínimas- nunca exceptuando los últimos veinticinco años, los científicos han procurado establecer patrones de comportamiento del animal con lo cual aún en la actualidad es poca y confusa la información que se tiene del mismo, y en la otra parte la responsabilidad se podría achacar a la conocida película de Spielberg "Jaws" (1975)..-
Sin embargo sería prudente intentar vencer un poco el mito de comehombres y mencionar algunos patrones de ataque comprobados estadísticamente: el tiburón blanco consume una enorme cantidad de calorías durante los ataques por tanto su presa debe reportarle una cantidad mayor de componente energético a la utilizada.
Es por tanto que en la dieta del gran blanco aparecen como principales presas los lobos, elefantes y leones marinos, las focas y otros mamíferos que se caracterizan por su abundante capa adiposa.
Esto no implica que el tiburón blanco no ataque a otras especies -como el ser humano- pero en la mayor parte de los casos bastará una mordida para darse cuenta que la víctima del ataque no pertenece a su dieta habitual y ya no reincidirá en el mismo.
Hay dos excepciones a esta regla: un tiburón blanco con hambre comerá cualquier cosa y en particular las hembras, luego de parir, suelen presentar el síntoma de frenesí alimenticio.
Consecuentemente también atacarán y devorarán cualquier especie que redunde en una ingesta calórica por mínima que esta sea.
Por el contrario existen otras especies menores en tamaño que sí presentan un comportamiento mucho más agresivo para el género humano. Entre estas las que más se destacan son: tiburón tigre (galeocerdo cuvieri), mako de aleta corta (isurus oxyrynchus) y tiburón limón (negaprion brevirostris).-
Más de la mitad de los ataques registrados recientemente (datos ISAF) por tiburones blancos, ocurre en la Costa del Pacífico de los EE.UU.
Tan solo el estado de California reporta el cuarenta por ciento de los ataques anuales seguido por Australia con el treinta y dos por cien, Sudáfrica con el diez y Nueva Zelanda con el cinco. Estados Unidos en su conjunto se lleva el cincuenta por cien de la totalidad de ataques de tiburón blanco.
El primer ataque registrado fecha del año 1876 en Victoria, Australia.
El número de ataques ha ido creciendo notablemente a lo largo del tiempo y en forma alarmante a partir de la década del 60 pero los especialistas culpan del hecho a que históricamente nunca se llevó un registro mundial de ataques hasta la década del sesenta.
Mi teoría personal es que además del último punto, ha existido un notable incremento en las actividades acuáticas humanas y por tanto el consiguiente aumento del riesgo.
Correspondiendo la teoría de los científicos, y a pesar que las heridas generadas por ataques de tiburón blanco suelen ser siempre severas, con anterioridad a 1950 el noventa por cien de ataques registrados tuvo consecuencias fatales (síntoma claro que sólo se registraban debidamente las muertes o los ataques que resultaban en grandes heridas).
Desde 1950 hasta hoy en día ese número ha variado y tan sólo el 26 por cien de los ataques resultan mortales.
Entiendo que este "tan solo" pueda resultar de alguna manera traumático pero ruego a los lectores que piensen cual es la probabilidad de pararse frente a una locomotora que marcha a toda velocidad y sobrevivir y me digan si alguien estima que es probable.
Y eso es lo que es un Carcharadon Carcharias adulto, una locomotora en el mar.
En cuanto al horario promedio en que se efectúan los ataques, se puede afirmar que estos se dan casi con exclusividad durante el período diurno, en particular en el rango horario existente entre las catorce y las dieciséis horas. De hecho, dos tercios de los ataques en una población de ciento veinticuatro ataques alrededor del mundo se han registrado de 10,00 AM a 16,00 PM.
La relación entre los ataques de tiburón blanco y la temperatura del agua es subjetiva. Se han registrado ataques (uno en Nueva Zelanda) con una temperatura del agua de ocho grados centígrados hasta temperaturas del orden de los veinticinco grados centígrados.
Sí se puede afirmar que dos tercios de los ataques son en aguas de temperatura inferior a los veinte grados, desmitificando el hecho de que el tiburón blanco solamente ataca en aguas cálidas. En cuanto a la profundidad en que es realizado el ataque se puede afirmar que el 90 por ciento de ellos se realizan en la superficie, entre los cero y tres metros de profundidad.
El record de ataque en profundidad registrada se dio en Japón en 1992 a veinticinco metros. En cuanto a la profundidad del agua en el lugar en donde se realizó el ataque, también se puede afirmar que el ochenta y cinco por ciento de los ataques en una población de los mismos de ciento seis casos se realizó en aguas con una profundidad mayor a los doce metros.
No obstante no son raros los ataques en aguas cuyos fondos están a no más de tres metros de la superficie del mar, sin embargo no es el blanco el que se caracteriza por este tipo de agresión.
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